Compañeros En Salud

Mental Health Services and Gender Equality

Photo by Mercedes Aguerrebere.

I have lived in non-indigenous rural Chiapas in southern Mexico since 2013, working with Compañeros En Salud (CES)—a Harvard af liated non-profit organization that partnered with the Mexico’s Ministry of Health to guarantee people’s right to health care in Chiapas’ Sierra Madre region.

Soon after starting its work in the region in 2011, CES staff realized that many patients came to the clinics because of mental health problems such as depression and anxiety. To bring mental health care to marginalized communities, CES launched the mental health program in 2014— which I helped design and for which I served as coordinator from 2014 to 2016.

After treating hundreds of women with depression I became aware of the psychological consequences of gender inequality. The narratives women told me about their illness were plagued with stories of violence by an intimate partner (including sexual violence) (IPV), sexual abuse by a someone who is not a partner (SA), or isolation due to gender norms that hampers personal freedom and restrict women’s activities to the household.

Women are twice as likely as men to suffer from depression (Kuehner 2016). Some biological differences between men and women could explain this phenomenon. For instance, biological differences in the stress response, in levels of serotonin and its receptors in the brain—a neurotransmitter closely related to depression— and effects of estrogen and progestin—hormones found in higher concentrations among females (Parry and Haynes 2000; Kuehner 2016). Still, other authors point to recent evidence that shows the gender gap in mood disorders stem from gender role traditionality (Seedat et al. 2009) and higher exposure to adversity among females, such as sexual abuse, and intimate-partner violence (Kuehner 2016; Heim et al. 2000).

Since many women and girls have only the consultation space to talk safely about their experiences, how could mental health services in primary care be leveraged as spaces of re ection on gender inequality? How could Compañeros En Salud adequately equip health service providers to adequately address acts of violence? What role could CES community health workers—more than a hundred women—play in promoting women’s human rights? How do gender norms and roles affect psychological distress, alcohol abuse and suicide among men? Questions like these saturated my brain while I was applying for the Harvard Masters of Medical Sciences in Global Health Delivery.

Shortly after arriving in Boston, I decided to focus my thesis on violence against women and mental health in CES’ catchment area. The project has not been easy for me as a physician and an idealist. Medicine is quite straightforward compared with anthropology, sociology, feminism and politics: disciplines I had not deeply explored until now. There is no magic bullet to prevent or address violence against women.

Still, violence against women is strongly associated with mental illness (Howard, Feder, and Agnew-Davis 2013), with high alcohol consumption by the male partner also associated with women’s experience of abuse (Abramsky et al. 2011; Heise 2011). In addition, while conducting the field work, I have learned that traumatic experiences since childhood are highly prevalent among men who suffer from alcohol use disorder.

My research project aims at measuring the scope of violence—both IPV and SA— in one of the communities where CES operates, and to understand social norms and structures that support excessive alcohol use among men, and support violence against women. The results will inform the ability of mental health services provided by CES and other Partners In Health sites, to deliver gender- sensitive mental health services and prevent and address intimate-partner violence, non-partner sexual abuse, and alcohol use disorder.

Although the project is ongoing, I am confident that CES can address these abuses and their mental health consequences, to work on several fronts: assure the mental health program is equipped to respond to cases of trauma in boys, girls, women and men, and to cases of alcohol use disorder; engage with the community leaders to provide healthy spaces for youth recreation, socialization and reflection on gender, development, and health; and guarantee that CES health programs—including community health workers, mental health, maternal health, and referrals—address gender inequality in the day-to-day practice.

Compañeros En Salud: Servicios de Salud Mental y Equidad de Género

Por Mercedes Aguerrebere Gómez Urquiza

Del 2013 al 2016 viví en Chiapas rural, en el sureste de México, trabajando en Compañeros En Salud (CES). CES es una organización sin fines de lucro, afiliada a la Escuela de Medicina de Harvard, que trabaja junto con Secretaría de Salud de Chiapas para garantizar el derecho a la salud en la Sierra Madre del estado.

Al poco tiempo de iniciar labores en 2011, el personal médico de CES se dio cuenta de que muchos pacientes llegaban a la clínica con problemas de salud mental, entre ellos depresión y ansiedad. Para proveer atención a la salud mental en estas comunidades de alta marginación, en 2014, CES abrió el programa de Salud Mental, que me tocó diseñar junto con ayuda de varios colegas en México y en Boston, y del que fui coordinadora hasta 2016.

Después de brindar atención a cientos de mujeres con depresión, las consecuencias psicológicas de la inequidad de género me resultaron evidentes. Las historias que las mujeres me contaban sobre su padecimiento estaban plagadas de experiencias de violencia de pareja (incluyendo violencia sexual) (VP), abuso sexual fuera de la pareja, o aislamiento a causa de normas de género que obstruyen su libertad personal y restringen sus actividades diarias al espacio doméstico.

Alrededor del mundo, la depresión es dos veces más frecuente en las mujeres que en los hombres (Kuehner 2016). Algunas diferencias biológicas entre hombres y mujeres podrían explicar este fenómeno: diferencias biológicas en la respuesta al estrés, en los niveles de serotonina (un neurotransmisor asociado fuertemente a la depresión) y sus receptores en el cerebro, así como los efectos del estrógeno y la progesterona, hormonas que se encuentran en mayores concentraciones en las mujeres (Parry and Haynes 2000; Kuehner 2016). No obstante, estudios recientes muestran evidencia de que la diferencia en la prevalencia de trastornos de salud mental entre hombres y mujeres está relacionada con la tradicionalidad en los roles de género (Seedat et al. 2009) y con la mayor exposición a situaciones adversas en las mujeres, como son el abuso sexual y la violencia de pareja (Huehnor 2016; Heim et al. 2000).

Debido a que para muchas mujeres y niñas la consulta médica es el único espacio seguro con el que cuentan para hablar sin miedo sobre sus experiencias, ¿de qué manera podrían aprovecharse los servicios de salud mental en atención primara como espacios de reflexión sobre inequidad de género? ¿de qué manera podría Compañeros En Salud equipar a los proveedores de servicios para manejar adecuadamente casos de violencia? ¿Qué papel podrían jugar las trabajadoras comunitarias de CES, que son más de 100 mujeres de las comunidades, en la promoción de los derechos humanos de las mujeres? ¿De qué manera los roles y las normas de género influyen en el malestar psicoemocional y la salud mental, el abuso de alcohol y el suicidio en los hombres? Preguntas como éstas saturaban mi mente mientras postulaba para una maestría en el Departamento de Salud Global y Medicina Social de la Escuela de Medicina de Harvard.

Poco tiempo después de llegar a Boston, decidí enfocar mi tesis en salud mental y violencia contra las mujeres en la región en la que trabaja Compañeros En Salud. El proyecto no ha sido fácil para mí como médico e idealista. La medicina es una ciencia bastante clara en comparación con la antropología, la sociología, el feminismo y la política, disciplinas que no había explorado a profundidad anteriormente. No hay un remedio mágico para prevenir o enfrentar la violencia contra las mujeres.

Sin embargo, la violencia contra las mujeres está estrechamente relacionada con enfermedades mentales (Howard, Feder, and Agnew-Davis 2013), así como el abuso de alcohol está también asociado a las experiencias de violencia de pareja contra las mujeres (Abramsky et al. 2011; Heise 2011). Durante el trabajo de campo en Chiapas, aprendí que, además, las experiencias traumáticas durante la infancia son la norma entre los hombres que padecen trastorno de abuso de alcohol.

Mi proyecto de investigación tiene como objetivo conocer el alcance de la violencia de pareja y el abuso sexual contra las mujeres en una de las comunidades en las que trabaja Compañeros En Salud, y entender las normas y estructuras sociales que facilitan tanto el abuso de alcohol entre los hombres, como la violencia contra las mujeres.

Aunque el proyecto sigue en curso, tengo la confianza de que Compañeros En Salud puede afrontar estos tipos de abuso y sus consecuencias en la salud mental desde diferentes frentes: a) asegurar que el programa de salud mental está equipado para responder a situaciones traumáticas en niños, niñas, mujeres y hombres recientes o antiguas, así como a casos de trastorno de abuso de alcohol; b) trabajar junto con los líderes de las comunidades para proveer espacios de recreación y socialización saludables para los jóvenes, así como espacios de reflexión en temas de género, desarrollo y salud; y c) garantizar que los programas de salud de CES, que incluyen el programa de trabajadores comunitarios, el programa de salud mental, el programa de salud materna y el programa de referencias médicas, desafían la inequidad de género en la práctica diaria.

 

Winter 2018Volume XVIII, Number 2

 

Mercedes Aguerrebere, M.D., previously served as Mental Health Coordinator for Partners In Health Mexico (Compañeros En Salud), where she built a model for integrating mental health services in rural primary care clinics. She is currently a student at Harvard Medical School pursuing a Master’s degree in Medical Sciences on Global Health Delivery.

Mercedes Aguerrebere, M.D., anteriormente se desempeñó como Coordinadora de Salud Mental para Partners In Health Mexico (Compañeros En Salud), donde construyó un modelo para integrar los servicios de salud mental en clínicas rurales de atención primaria. Actualmente es estudiante de la Facultad de Medicina de Harvard y está cursando una maestría en Ciencias Médicas sobre la prestación de servicios de salud global.

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